Tú orilla, yo océano

Autor: Miguel Ángel Rodrigo

Ilustrador: Rafael Mir

Corrector: Elsa Martínez

Género: Microrelato

Este cuento es propiedad de Miguel Angel Rodrigo, y su ilustración, de Rafael Mir. Quedan reservados todos los derechos de autor.

Tú orilla, yo océano

Huyo del mar porque no me gusta. Porque no lo entiendo. Conforme me aproximo, su solo olor me alerta, me eriza el lomo y afila los dientes. Respirar salitre y yodo. No. A mí no me gusta el mar. No lo comprendo. El vaivén de su tempo. El retumbar de su voz lejana. Ni en la evocación diminuta de una caracola lo quiero. Dios mío. ¡Tiemblo! Sé que después vendrá la brisa. Marina. Cargada. Hiriente. Salina. Llegará enseguida a molestar mi rostro así baje del coche. Se empeñará en llenarlo de arena y de sal. Cerraré los ojos para protegerme de sus golpes repetidos, microscópicos. Insolentes. Secando el humor y la sonrisa. Maldita brisa de mar. Muérete. Y el sol. Él y la ira  y su fuego abrasándome. La piel ardiendo y doliendo. Maldito sol. Apágate. Déjame frío. El mar tan azul y tan gris y tan negro; de metal. Tan hondo y tan rico y tan lleno de versos. A mí ese mar de rapsodas nada me evoca. Él no me trae. Mas yo me acerco. Cuando entonces la veo. Es por ella que vengo. Cada tarde hasta que la noche se extiende y aniquila al día. Ella. Rosada. Dorada. La siento distinta hoy. Quieta y mecida. En ella la paz y también la brisa. Ruge el mar. Se sonroja el cielo. El pelo largo y fino y rubio como la arena. Seco y cálido el regalo del viento: Arena y cabello. Y su caricia picante en mis mejillas. Atravesándome la piel y la piel quemando. No por el sol y sí por mi fuego.

 ilustración de Rafael Mir

ilustración de Rafael Mir

Extrañamente, la beso. Sobre la redondez de un hombro. La violencia de un suspiro. El mar susurrando un deseo. Es su piel salada y se vuelven mis labios sedientos. De su agua. De su aliento. Su respiración es oleaje. Me arrastra la marea de su pecho sin yo quererlo. O yo queriéndolo. Su boca. Mar adentro me pierdo. Me ahogo y respiro. Jadeo. El cielo y el sol y yo abrasando. Dunas de mujer navego. A la deriva de aromas y vellos me entrego. Entonces, naufrago sin remedio en la cala de venus. Un recodo de cuerpo en que la arena es más fina y más oscuro se siente el océano. Profundo y vivo. Ahora sí. Salvajes son allí los arrebatamientos. De tempestades el sexo. Voluptuosas se hacen las noches queriendo. De placeres eternos me visto; y me desnudo en su cala. Sola de nadie aunque suya y mía. Nuestra ahora. Y a pulmón me sumerjo. Sin luz y sin vista. Porque eso que siento dicen que es ciego. Un ocaso y un beso. Tenerla y ser ya siempre de ella. O serlo ahora al menos. Y un crepúsculo de nuevo. Le cuento un susurro: Podría amarte todo el tiempo que dura un instante. La vida. Ser yo mar y tu orilla. Como el océano cubrirte. Y temblar en el vaivén infinito de su tempo. Ése que hasta hoy no quise. No supe. Ése ahora pretendo. Ese tempo contigo y la eternidad para darte. Sólo quiero ya parar el tiempo. El tuyo y el mío. Y así, para siempre, bajo el mar amarte.

Miguel Ángel Rodrigo Jiménez

Barcelona, 18 de julio de 2011

12 comentarios en “Tú orilla, yo océano

      • Gracias a ti por tu comentario sobre mi relato. Lee los otros dos anteriores si te ha gustado Lung. También era la primera vez que te leía y te aseguro que voy a seguir. ;-D

  1. Excelente, maravilloso, poético, caliente, húmedo, glorioso. Miguel Ángel a partir de ahora escribiré tu nombre en mayúsculas porque eres grande.

  2. «Podría amarte todo el tiempo que dura un instante»…¡Y tanto que eres grande! Yo me quedo sin palabras para elogiarte. Es una preciosidad, es poesía, emocionas…Reitero que eres un genio y que tienes un don especial para escribir y para atrapar al lector.
    La ilustración es otra obra de arte, me gusta muchísimo. Enhorabuena.

  3. Como comenta Montsé es un relato cuajado de poesía y de emoción y por supuesto de un elegante erotismo. Me ha encantado. Un trabajo lleno de poesía y de sensibilidad. Enhorabuena Miguel Ángel.

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