18ª Convocatoria: Fobias

Fobias

Ilustración de Vicente Mateo Serra

Racional

—¡Uf, aparta eso de aquí! —digo poniendo cara de asco y apartando la cara—. Ya sabes que no soporto las aceitunas. Debe de ser una fobia o algo así.
—No, no es una fobia —dice Rodrigo con ese aire de superior tan suyo—. No las soportas porque de pequeña casi te ahogas comiéndote una. Te dan terror, pero no es una fobia.
—Qué más da, no las aguanto, les tengo fobia.
—No, no es una fobia, hay una causa, no es algo irracional.
No sé por qué quedo con Rodrigo, siempre termina sacándome de quicio. Bueno, sí lo sé. Es mi hermano mayor, es Navidad y me da pena. Él siempre lo pasa mal en estas fechas. Nunca celebra nada, ni quiere venir con la familia, aunque no sé por qué, nunca me lo ha dicho. Debe de ser que tiene fobia a la Navidad.
—¿Y tú no tienes ninguna fobia? —pregunto.
—Ninguna —me responde muy seco.
—¿Seguro?
—Sí, seguro, y vámonos de este centro comercial. No lo soporto, no sé por qué me he dejado convencer para quedar contigo. Casi mejor que nos vemos después de las fiestas. Mira ahí está el ascensor.
—Pues yo creo que sí que tienes alguna fobia. —Sigo picándole mientras vamos al ascensor.
—Pues yo estoy seguro de que no, ni siquiera a ti, que ya me tienes harto, pero es algo racional, hay un motivo, eres una pesada.
Entramos en el ascensor y sonrío con intención de darme por vencida. Ya sé cómo es Rodrigo, desde pequeña siempre me llevaba la contraria, e incluso, en cierta medida, siempre pensé que me odiaba, me imagino que porque fui la intrusa que le quitó el protagonismo en casa cuando nací, pero yo le quiero.
La puerta se cierra, pero antes de que lo haga del todo, un brazo vestido con una túnica colorida emerge en el habitáculo, haciendo que vuelva a abrirse. Tres hombres vestidos de Reyes Magos entran. Empiezo a oír una respiración entrecortada, un extraño intento de hablar. Miro a Rodrigo. Está pálido. Se lleva la mano a la garganta. Parece reaccionar. Grita. Empuja a los Reyes y sale corriendo. Yo también salgo, disculpándome.
—Pero, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?
—Nada, nada. Estoy bien.
—¿Tienes claustrofobia?
—Que no, que yo no tengo fobias, solo es que no los aguanto. Vamos por la escalera —dice Rodrigo, mientras sus ojos miran de reojo al ascensor, apartándose con temor.
—¿Los Reyes? ¿Es eso? ¿Te asustan los Reyes Magos?
—¡Cómo voy a tenerles miedo! Solo es que no me gustan, son algo absurdo, no los soporto.
Recuerdo que cuando éramos pequeños nunca venía conmigo cuando íbamos a la cabalgata, pero su reacción era excesiva.
—¿Que no te gustan? Pero si casi te ahogas. Tú…, ¡tú tienes fobia a los Reyes Magos!
—¡Yo no tengo fobias! —grita y noto cómo la gente nos mira—. No me gustan, los odio, no soporto estar en el mismo sitio en que estén ellos.
—Pues eso, una fobia.
—No es una fobia. No es irracional.
—A ver Rodrigo, eres incapaz de estar en un sitio con alguien disfrazado de Rey Mago sin ahogarte. ¿Eso es racional?
—No es irracional. Hay un motivo.
—¿Cuál?
—Olvídalo.
—Es una fobia.
—¡Que no es una maldita fobia!
—¿Y entonces?
Veo que se pone rojo de furia. Pienso que quizá me he pasado y no tenía que haberle presionado tanto. Ya sé cómo es, qué más me da que no reconozca lo obvio. Parece que va a estallar. Se acerca a mí y empieza a gritar.
—Sabes, no es irracional, hay un motivo. Ellos… ellos… ¡Se tiraron a mamá! Para ti es fácil, son tus padres.
Me quedo en silencio. La gente nos mira. Ya no sé de qué color estoy.
—Es irracional. Es una fobia —me apresuro a decir antes de salir corriendo.

Veinticinco años atrás….

—Cariño. Se lo deberíamos decir ya.
—¿Ya?¿Tú crees que es necesario? Todavía es pequeño, no lo va a entender.
—Pero ya sabes que es muy listo y se va a dar cuenta y lo va a soltar por ahí, y ya verás qué lío.
—Pero si se lo decimos lo dirá igual.
—Le diremos que es un secreto, ya sabes que nunca dice nada si le decimos que es nuestro secreto.
—Vale. Pero se lo digo yo, que tú eres muy ñoña.
—¡A ver qué le vas a decir!
—Pues la verdad, que como papá y mamá se quieren mucho se han dado muchos besitos…
—¿Y yo soy la ñoña?
—…hasta que papá no ha aguantado más y se ha subido encima de mamá.
—¡Serás bruto!
—Pues si quieres le cuento lo de la semillita.
—Mejor aprovechamos que es Navidad.
—Tú misma.
—¡Corazón, ven un momento!
—Mi oferta sigue en pie, le contamos mi versión y matamos dos pájaros de un tiro.
—Calla. Hola, corazón. ¡Pero que guapo es mi niño! Mira, mi vida, mamá ha ido esta mañana a echar la carta a los Reyes Magos, la que escribimos juntos pidiendo un camión y un tren, y además también les he pedido que este año te traigan una hermanita. ¿Estás contento, Rodri?

JMM
7/1/2014

6 comentarios en “18ª Convocatoria: Fobias

  1. Divertido relato para empezar esta convocatoria, JMM ¿Jorge Moreno? Supongo que sí. Y buena ilustración de Tico, fresca y juvenil. ¡Buen comienzo de ezine, si señor!.

  2. Siempre hay que tener cuidado en cómo se dicen a los niños las cosas y en este caso sobre los reyes y la llegada de un hermanito, jajajajajajaja.
    Que luego… aparecen las fobias (aunque el prota lo niegue).
    Muy bueno y divertido el relato de cabecera de Jorge y la ilustración de Tico es sencillamente encantadora.
    Un abrazo.

  3. Pingback: ¿Quieres conocer la portada de DOS MINUTOS? – Jorge Moreno

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